Son muchos los accesorios originales que se diseñan para la decoración de exteriores, la libertad de los diseñadores para decorar jardines es posiblemente mayor que en el interior del hogar, por tratarse de espacios totalmente abiertos y naturales en los que resulta más sencillo inspirarse y crear.
En la imagen vemos un ejemplo de ambiente que corresponde a la colección Livingstones de Smaring, “piedras para vivir“, el nombre es bastante representativo de la esencia del producto, se trata de piedras artificiales, con forma lisa y redondeada que adoptan los más diversos tamaños y formas pudiendo ser utilizadas como asientos o mesas auxiliares y también como simples adornos.
En este caso por imitar piedras, por originales que sean las piezas, son fáciles de integrar en el conjunto del jardín, ya que al fin y al cabo representan un elemento natural que bien podría formar parte de él sin forzarlo, pero lo interesante es que en vez de tener que buscar la piedra que se adapte a lo que nos gustaría para nuestro jardín, simplemente se diseña a medida.
La inspiración en elementos naturales para crearlos de forma artificial adaptándolos a las necesidades del hombre es una práctica muy habitual, ocurre con seres vivos e inertes, se les cambia el tamaño, el color, la textura, la consistencia…. pero se mantiene en lo básico su aspecto, de ese modo se eliminan las propiedades negativas o contras y nos quedamos solo con los pros.
En el caso de las piedras se disminuye la densidad para que sean menos pesadas, se suaviza el tacto y se elige la forma y el tamaño más interesante en cada caso, de ese modo se consigue que sean más fáciles de mover y transportar, se evita el peligro que pudiera suponer un elemento tan contundente y además se les confiere funcionalidad como si de muebles se tratase.
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