La hiedra es una planta trepadora de hojas muy verdes, que es originaria de Europa. Puede cultivarse en el exterior como en el interior, de las habitaciones, aunque tenga poca luz.
En el exterior se las ve trepando por las paredes de las casas, no importando la altura que tengan, pueden llegar a trepar hasta los 15 metros, y también cubren las cercas, o se las puede emplear rastreras para cubrir el suelo.
Está la hiedra Hereda Helix, que es la común y la Canariensis, que son las mejores para cultivarlas en el interior.
Las hojas son de color verde oscuro, pero otra clase de hiedra, tiene sus hojas verdes manchadas con rayas amarillas o blancas.
Las flores de la hiedra son pequeñas y de color verde, sus frutos son bayas verdes amarillentas o negras, pero son tóxicas.
Si se las va a tener en el interior, no necesitan mucho sol, pero si luz para que sus hojas no se decoloren, necesitan mucha humedad, y no se las debe poner en corrientes de aire.
Quedan hermosas en macetas colgantes, se las puede podar para darles la forma deseada.
Se les puede recortar las puntas, dos veces al año y así se logrará una planta con más cuerpo y a las guías se las entrelaza para darle la forma adecuada.
Según vaya creciendo conviene cambiarlas para una maceta más grande, este trasplante es mejor que se haga en primavera.
La hiedra es una planta longeva, se recomienda que cuando estén muy grandes, con tallos gruesos y leñosos, se las trasplante al exterior.
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