La decoración minimalista muchas veces suele interpretarse como fría, despojada de cierta sensibilidad, pero lejos de ello, el minimalismo constituye la alternativa mas apropiada para aquellos que gustan del espacio, la sencillez y el orden. Como contrapocisión a la decoración más tradicional, que hace énfasis en los objetos, el minimalismo busca en las formas y líneas simples su expresión, y en la utilización del espacio y la luz como protagonistas, combinados con mobiliarios sobrios, un concepto decorativo en si mismo. Es en las estructuras, en las formas y en su dispocisión donde radica la esencia minimalista. Los colores neutros son los que acompañan estos conceptos, los beiges, grises y blancos, ayudarán a aumentar la sensación de amplitud y luminosidad ideal. Líneas puras, formas geométricas básicas, colores neutros son la formula para crear un ambiente elegante y equilibrado , que denote calma y armonía. Pocos objetos ornamentales y mayor atención en las superficies como pisos, paredes y techos. Dentro de los materiales más apropiados, la madera nunca queda fuera, tanto para muebles como para pisos; bloques, cemento alisado, venecitas o piedras. Los textiles, en colores crudos, naturales, con escasos o nulos diseños, donde las texturas de los materiales tienen más importancia que el diseño. En la decoración minimalista pueden identificarse dos tendencias, una de características más orientales y otra más escandinava, aunque ambas comparten los conceptos básicos que mencionabamos antes.
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